Fernando Monterro comenta que se siente afortunado y agradecido de haber conocido a Manuel F. Ayau por todas las enseñanzas que recibió de él en el ámbito académico, y en las muchas oportunidades que lo acompañó a foros, o a impartir charlas a otras universidades, en épocas de conflicto en Guatemala, donde siempre mostró ánimo y valentía, en congruencia con sus ideas.  

Manifiesta que Muso siempre insistía en la puntualidad, importancia de la exigencia personal y en mantener una filosofía consistente, lo cual se refleja en esa cultura de disciplina y excelencia que caracteriza a la Universidad Francisco Marroquín.  

También, afirma que siempre reconoció el esfuerzo de todos los que participaron en la construcción de esta casa de estudios, y menciona algunos de los atributos que lo caracterizaban, entre ellos: valiente, visionario, jovial, accesible, humilde y disciplinado.  Para finalizar su intervención, Monterroso se despide con las palabras: "Hoy rendimos tributo a su vida con la satisfacción de poder decir que su legado está acá y permanecerá vivo por muchas generaciones".