Arturo Damm comenta que cuando se habla de reforma fiscal generalmente los políticos evaden el tema porque nadie quiere profundizar en el mismo, y por otro lado los contribuyentes temen que los impuestos aumenten o continúen a una tasa más elevada. 

En su opinión, Damm manifiesta que una reforma fiscal antes que tributaria tiene que ser presupuestaria y partir de tres preguntas: en qué gasta el Gobierno, cuánto gasta el Gobierno y cómo gasta el Gobierno, que se pueden sintetizar en qué debe hacer el Gobierno. 

Asimismo, plantea que los impuestos son el producto del trabajo de las personas y que se justifica el cobro de los mismos siempre y cuando el Gobierno garantice seguridad y justicia para los gobernados. También, explica sobre el problema de las clientelas presupuestarias de México, que tienen que ver con la cultura, las artes, y el deporte.