Aletse López | 14 de noviembre de 2018 | Vistas: 3835
La doctora en antropología, Vera Tiesler, presenta la temática de los rituales mayas, como el sacrificio humano desde la perspectiva bioarqueológica y forense.
Para los mayas, el cuerpo mantenía una comunicación entre las fuerzas terrestres y las fuerzas sacras. Por medio de los rituales, ya fueran donativos corporales u ofrendas de fragancias, era como se alimentaba a los dioses, con el fin de vigorizar la vida de los habitantes del pueblo.
El cuerpo humano es el espejo y la impronta del cosmo, un monte sacro.”
El sacrificio humano era un ritual conservador e institucionalizado por muchos de los grupos que habitaban Mesoamérica desde el período Preclásico temprano. Este ritual requería preparativos tanto para el practicante como para la víctima. Los sacrificios generalmente iban acompañados por coreografías, ruidos, cantos, movimientos y bailes. Según los mayas el fin del ritual era abrir el cuerpo como algo sagrado, y dejar brotar sus esencias para alimentar la tierra.
El sacrificio, independiente de la forma, seguramente había sido una especie de catarsis”
Hay un doble discurso para los sacrificios señala Tiesler, pues no solamente hay un motivo religioso, sino también hay otras justificaciones que van más allá, como la política, lo militar y la humillación de los cautivos.
Es una tortura religiosamente motivada, que perfila en todas las religiones principales, y Mesoamérica no fue la excepción.”
Tiesler concluye haciendo ciertas reflexiones sobre el tema, como la idea del consumo divino dada por una cadena alimenticia, el cuerpo consagrado como representación de la deidad en la Tierra, el doble discurso de los sacrificios, tanto religioso como político y/o militar, y la visible permanencia de las prácticas incluso en la actualidad.
No dejes de conocer el significado detrás de los rituales maya y su legado en la actualidad.
Nuestra misión es la enseñanza y difusión de los principios éticos, jurídicos y económicos de una sociedad de personas libres y responsables.
Universidad Francisco Marroquín