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Filosofía griega y judeocristianismo | San Agustín de Hipona

New Media UFM  | 19 de enero de 2023  | Vistas: 136

CHH Ética Libertad

La presente charla es una lección sobre la ética clásica, y, para lograr ello,  se centra en el personaje San Agustín de Hipona, un pensador clave del siglo IV d.C. El presentador, Gabriel Zanotti, introduce a San Agustín y lo sitúa en un punto medio entre la filosofía griega y el judeocristianismo. Asimismo, resalta que este fue uno de los primeros padres de la Iglesia, quienes fueron aquellas personas que se enfocaron en defender la fe cristiana frente a las acusaciones por parte del Imperio Romano, que afirmaba que el cristianismo poseía un grado de irracionalidad y subversión que resaltaba entre sus otras características. Así, San Agustín de Hipona fue una de los máximos exponentes de la apologética cristiana que participó en este diálogo al intentar conciliar la razón con la fe, asegurando que la coexistencia de ambas es posible y que, además, esta tiene la capacidad de enriquecer el pensamiento humano.

En el desarrollo de la filosofía de San Agustín, se subraya la importancia de la creación del ser humano según el cristianismo; y se reconoce que este es un concepto que difiere en gran medida de las ideas griegas que ya existían previamente. Así, mientras la filosofía griega carecía de una noción de creación que se base en que esta tuvo lugar de manera inesperada, el judeocristianismo introduce esta idea como producto de un acto de voluntad divina, lo cual tuvo grandes implicaciones que se relacionaban tanto con la metafísica como con la ética.

El ser humano, en su esencia, es un viajero en busca de sentido”. — Gabriel Zanotti

Por otro lado, se plantea un contexto haciendo referencia a las tradiciones filosóficas griegas, centrándose principalmente en el pensamiento de Platón y Aristóteles, y Zanotti menciona que, según ellas, el universo era eterno en sí mismo, puesto que no poseía principio ni fin y, por lo tanto, cualquier cambio o creación dentro del mismo debía considerarse como una reconfiguración de aquello que ya existía. Por lo tanto, esta visión implicaba que la materia no poseía un origen sagrado, sino que simplemente existía como un sustrato pasivo sobre el cual actúan las formas o causas.

Para los griegos, el mundo está sometido a un ciclo eterno de creación y destrucción”. — Gabriel Zanotti

Por el contrario, San Agustín afirma que todo lo que existe fue creado por Dios a partir de la nada, lo que otorga al mundo una divinidad y bondad inherente. Además, según San Agustín, puesto que Dios es la fuente de todo lo que existe, y dado que Dios es un ser completamente bueno, entonces todo lo existente es, en esencia, bueno. Esta bondad intrínseca del mundo material le da un valor positivo al mundo, y además establece una conexión directa entre la creación y su Creador. De esta forma, mediante las palabras del expositor, es posible entender la idea general que tenía San Agustín al decir que lo material no es algo inferior, sino que todo es parte integral del plan divino.

Lo más importante de la creación cristiana es que el ser es bueno en cuanto ser, porque es creado por Dios”. — Gabriel Zanotti

Otro aspecto crucial del pensamiento de San Agustín es la noción de la persona, que fue desarrollada por él mismo a partir de la influencia judeocristiana. De esta forma, a diferencia de la filosofía griega, donde la individualidad y la noción de persona no estaban definidas en su totalidad, San Agustín propone que cada ser humano posee una inteligencia y una voluntad que le permiten establecer una relación directa con Dios. Esta idea es esencial para el posterior desarrollo de la libertad individual que ocurre en Occidente años después, puesto que, en el cristianismo, la salvación es un asunto personal.

Finalmente, el video explora la relación existente entre la filosofía de San Agustín y el neoplatonismo, y se centra en ello mientras destaca cómo este personaje lograr adaptar y transformar las ideas de Platón para integrarlas en su visión cristiana del mundo. Zanotti también menciona que, a través de su diálogo con la filosofía griega, San Agustín logra sintetizar conceptos como el del mundo de las ideas, y lo reconfigura para utilizarlo como medio de explicación de la creación divina y la participación del ser humano en la luz divina. Zanotti afirma que es esta integración de filosofía y teología la que distingue a San Agustín como un pensador fundamental en la historia del pensamiento Occidental, puesto que influyó de manera decisiva en la formación del cristianismo medieval y en la filosofía posterior a esta época.

Autor

Director académico, Instituto Acton