Julián González habla del arte gótico que surgió a partir del siglo XII de la Edad Media, en la parte norte de Francia, el cual se difundió paulatinamente al resto de los países de Europa occidental y continuó desarrollándose y floreciendo. Explica que en algunos países convivió con el arte del Renacimiento más o menos 100 años pero ya en el siglo XVI se dejaron de construir los edificios y sobre todo las catedrales góticas pues vino a ser desplazado por el arte renacentista que provenía de Italia. Sin embargo, refiere que tuvo un florecimiento de 300 o más años en países europeos donde se pueden apreciar todavía grandes obras de esa tenencia artística que tenía incluso una manera de ver la vida, el mundo y el más allá. Manifiesta que dicho arte no se conoció originalmente con ese nombre y que fue Giorgio Vasari en su obra Vida de los mejores arquitectos, pintores y escultores, quien en forma peyorativa lo llamó de esa manera porque consideraba que era poco refinado y propio de los bárbaros y godos.

Asimismo, habla de los antecedentes que dieron origen a este arte y acontecimientos que fueron determinantes: la reforma cisterciense, la revolución en la producción agrícola, el resurgimiento de las ciudades en Europa, la consolidación de los estados nacionales, las cruzadas que pusieron en contacto las ideas islámicas con las de occidente.

También, menciona las características del gótico desde el punto de vista teológico, científico-dialéctico y tectónico; presenta una clasificación histórica de los períodos que lo conforman, características de los elementos arquitectónicos, influencias, relevancia de la figura del abad Suger de Saint-Denis; muestra ejemplos de las obras importantes que fueron construidas durante ese período, así como esculturas, pinturas, escuelas y nombres de los artistas que las crearon.