Eugenia Aldana | 08 de octubre de 2018 | Vistas: 7453
Bertrand de la Grange inició su labor de periodística en este continente hace 40 años, época en que América Latina estaba casi en su totalidad gobernada por dictaduras militares, exceptuando Costa Rica, Colombia y Venezuela.
En el caso de México, agrega que no ha sido militar, pero su Gobierno fue cooptado desde 1929 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y menciona que Mario Vargas Llosa ha buscado un término para calificar su sistema político.
Los mexicanos han logrado mantener esa ficción de una revolución permanente y muy institucionalizada durante casi 70 años”.
Comenta Bertrand que cuando llegó a América en el año de 1978, su primer contacto fue México, un país que le pareció fascinante, pero llamó su atención que el poder estaba centrado en un partido único. Otra situación, fue conocer la apertura que el Gobierno daba a exiliados políticos, exmiembros de guerrillas y personajes de izquierda de muchos países latinoamericanos, sin intuir que años más tarde su situación política se iba a complicar.
México es un país rico pero con mucha pobreza, después de haber logrado una clase media importante, la economía ha empezado a sufrir y la clase media se ha estado proletarizando”.
Cuando llegó a Guatemala, descubrió que el país vivía en un clima de terror, acababa de tomar posesión el general Lucas García y unos meses antes había ocurrido la matanza de 53 campesinos en Panzós, Alta Verapaz, en época del anterior presidente Kjell Eugenio Laugerud García. Comenta Bertrand que por esa época murieron muchos jóvenes que eran militantes de grupos de izquierda, aparecían cadáveres sin identificación en las calles y se hablaba de grupos secretos anticomunistas, incluso se acusaba al ministro de Gobernación de estar detrás de esos crímenes.
Me recibió el vicepresidente Francisco Villagrán Kramer que era la cara de un Gobierno detestable. Reconoció que estaba preocupado y que rechazaba esas formas de represión, pero que el poder no estaba en sus manos, ni en las del presidente Lucas García, pues había aparatos de represión que eran incontrolables”.
Cuenta Bertrand que tiempo después venía para saber que estaba pasando en Guatemala, conocer cuál era la situación de violencia política en la ciudad y en el campo, hizo el intento de contactar con guerrillas del interior, pero se le hizo difícil por la poca infraestructura que existía en ese tiempo para trasladarse a los lugares donde había conflicto. Posteriormente, De la Grange volvió a Guatemala para trabajar en el servicio de información de MINUGUA, la organización encargada de verificar el Acuerdo sobre el definitivo cese al fuego entre el Gobierno de Guatemala y la URNG.
De Guatemala pasó a El Salvador donde relata Bertrand que había otra clase de guerrilla muy diferente a la guatemalteca, visitó la universidad pública donde llegó a encontrar en las aulas organizaciones revolucionarias de estudiantes armados con fusiles, luego hizo una entrevista al presidente de ese entonces general Carlos Humberto Romero, quien le indicó que todo estaba bajo control.
En ese país hubo mucha violencia y hasta golpe de Estado, pero a pesar de estar dividida, su guerrilla, se unió y como Frente Farabundo Martí, pudo conseguir muchos votos y llegar al poder por la vía electoral, situación que no ocurrió en Guatemala con la URNG.
Respecto de Nicaragua el caso era otro, el país estaba gobernado por la dictadura del general Anastasio Somoza, un grupo de rebeldes que se autonombraron sandinista tomaron las armas en 1978 y se enfrentaron contra el régimen, comandados por Edén Pastora (comandante 0) y Daniel Ortega, quien es hoy el actual presidente.
Esa cuenta ofensiva fue apoyada por el régimen comunista de Fidel Castro, quien encontró la oportunidad de exportar la Revolución cubana a Centroamérica y Latinoamérica. Anteriormente ya había estado asesorando al presidente chileno Salvador Allende, pero debido a sus malas políticas económicas perdió el poder, entonces los cubanos no tuvieron más que salir de ese país.
Nicaragua, los sandinistas estaban apoyados por los cubanos quienes organizaron el traslado de armas desde Panamá, en acuerdo con el general Omar Torrijos, presidente golpista de Panamá, también de izquierda, al igual que el general Juan Velasco en Perú. Mientras tanto, EE.UU. seguía apoyando al general Anastasio Somoza, pero hubo un fuerte incidente que provocó la retirada de apoyo estadounidense, el sandinismo tomó el poder durante 11 años, al principio con apariencia democrática y luego como dictadura.
Era una época de situación de guerra en Centroamérica, lo que provocó la movilización de ciertas personalidades, en particular el expresidente de Costa Rica Oscar Arias y algunos otros, que con la ayuda de la comunidad internacional intentaron buscar una salida pacífica a esos conflictos”.
Comenta Bertrand que hubo varios acuerdos con planes de diálogo entre las fuerzas enfrentadas, se acordaron celebrar elecciones en Nicaragua, Fidel Castro no estaba de acuerdo, pero los sandinistas estaban seguros de ganar y aunque iniciaron una gran campaña electoral, perdieron en las urnas y subió al poder Violeta de Chamorro, esposa del asesinado periodista, empresario, político Pedro Chamorro, gran opositor del régimen de Anastasio Somoza.
Los sandinistas se fueron pero no con las manos vacías, robaron todo lo que pudieron, vehículos, bienes, casas y empresas del Estado”.
Cuando pierden se cree que no van a volver al poder, pero con el mandato de Arnoldo Alemán y logran modificar la Constitución y es así como Daniel Ortega recupera el poder con la nueva dictadura orteguista.
Concluye comentando de la Grange que cuando llegó a América hace 40 años casi todos los países vivían en un régimen dictatorial y hoy solo queda Cuba, y Venezuela que se encuentra en una fase de dictadura, pero si la oposición logra movilizarse, aun está a tiempo de recuperar la democracia.
Conoce la historia de Centroamérica y su época de gobiernos dictatoriales.
Es maestro en Ciencias Políticas del Instituto de Estudios Políticos de…
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