En Noches de tertulia del Museo Popol Vuh, Alma Guillén de Saravia, Martha Julia Valenzuela de Asturias, Juan José Hurtado, José Antonio Ramírez Noriega, Julio Asturias y Rolando Escobar cuentan cómo era la vida escolar aproximadamente entre los años 30, 40 y 50, cuando existían dos jornadas de estudio y no había peligros en las calles de la ciudad de Guatemala: los niños y jóvenes se podían movilizar libremente y no existía el estricto control de los padres. Asimismo, mencionan los establecimientos educativos a donde asistieron, mentores que les dejaron recuerdos por valiosas enseñanzas o rígidos castigos por malos comportamientos; así como recuerdos gratos de participación en coros, bandas de guerra y eventos especiales.

También, hablan de la importancia que se daba a la enseñanza del civismo, los principios y valores morales, entre otros. Evocan recuerdos de los exámenes, juegos del recreo, las refacciones, las pláticas de pasillos, los ritos de las tardes lluviosas, las capiusas y sextiar a la salida de clases, que consistía en recorrer la Sexta Avenida de la zona 1, para compartir con escolares de otros establecimientos educativos.