Roberto Blum comenta que no existe contradicción alguna entre globalización y secesión, dado que las nuevas tecnologías no responden al viejo modelo paleotécnico de la Revolución Industrial que pretendía influir en las organizaciones políticas y sociales. Asimismo, explica la tendencia de las barreras arancelarias y habla de cómo la tecnología determina las relaciones jurídicas, sociales y económicas desde los puntos de vista de Karl Marx y Lewis Mumford. Finalmente, pone en contraposición los estudios de los científicos Dennis y Donella Meadows con las ideas de Julian Simon, acerca de un posible colapso de la civilización industrial.