Roberto Blum plantea la necesidad de crear ciudades libres con instituciones competitivas, que funcionen en términos de desarrollo y crecimiento económico dado que el sistema actual, que es el Estado, ha crecido demasiado, es impotente y no responde a las necesidades de la población. 

Asimismo, explica que es importante que exista libertad para que las personas se organicen y desarrollen sus actividades libremente, bajo ciertas reglas de convivencia. También, comenta sobre la importancia de que las instituciones continúen existiendo pero manifiesta que es necesario disminuirlas, hacerlas menos costosas, más flexibles y responsables, entre otros. 

Finalmente, plantea que ciudades más pequeñas, con territorios pequeños y un menor número de pobladores pueden resultar más eficaces para generar riqueza y bienestar, y a la vez, tener la posibilidad de elegir el tipo de gobierno que más les convenga.