New Media | 19 de septiembre de 2013 | Vistas: 645
Como parte de las actividades de la Semana Jurídica programadas por la decanatura de la Facultad de Derecho de esta casa de estudios, y a manera de ejercicio de reflexión, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte-Andrade y Blanco, conocido como Simón Bolívar, el Libertador, es aquí juzgado en un proceso histórico.
Daniel Haerin, quien acusa a Simón Bolívar, manifiesta que la culpabilidad no está en la iniciativa que tomó de independizar a Venezuela de España, sino en sus actuaciones de gobernador tirano, déspota, temerario autoritario, caprichoso y megalómano con necesidad patológica de trascender, que en su opinión es comparable con la personalidad de Hugo Rafael Chávez Frías, quien como él, intentó perpetuarse en el poder, imponer sus ideas y sembrar la semilla del caudillismo en Latinoamérica, entre otras cosas que le atribuye.
Carlos Sabino, como defensor, refiere que Simón Bolívar no fue un traidor a España dado que en ese momento la situación política era difícil, todavía se dependía de un imperio decadente que gobernaba, una guerra civil, un conglomerado de personas, pueblos, ciudades y una estructura política compleja de virreinatos, capitanías, etc. que en alguna medida eran una sola nacionalidad pero sin recursos políticos, tecnológicos y materiales, ni desarrollo económico suficiente para constituir una sola nacionalidad. También, debate la acusación que se le hace de sembrar el caudillismo y por el contrario defiende la visión y propuesta política que tuvo para América Latina a través del proyecto independentista.
Finalmente, después de escuchar las réplicas y conclusiones de ambas partes, se procede a la votación donde se determina si el acusado es culpable o inocente.
Profesor universitario y asesor
Escritor, historiador y sociólogo
Abogado y profesor
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Universidad Francisco Marroquín