New Media | 15 de mayo de 2013 | Vistas: 790
Víctor Castillo presenta un estudio que hizo sobre la Virgen de la Soledad de la Victoria, cuya escultura original se hallaba en Madrid, España, en el Convento de nuestra señora de la Victoria, Orden de los Mínimos, la cual fue muy aclamada en el siglo XVI hasta principios del siglo XX por sus grandes milagros, pero cuenta que debido a la Guerra Civil Española desapareció, aunque menciona la existencia de muchas pinturas que la representan, las cuales se hallan en Guatemala y otros países conquistados por el imperio español. Manifiesta que su interés principal es demostrar que las devociones y los cultos por determinadas deidades no permanecen inmutables y que por el contrario la veneración hacia muchas de ellas van cambiando con la práctica cotidiana, se transforman y toman nuevas connotaciones que no están relacionadas con el origen de las mismas.
Explica que cuando encontró una imagen que representa a una escultura en la capilla de la finca Chancol, ubicada en los altos Cuchumatanes, Huehuetenango, Guatemala, con una leyenda al pie que dice Verdadero retrato de nuestra Señora de la Soledad de la Victoria de Madrid como sale en sus andas el Viernes Santo por la tarde, se preguntó cómo había llegado esa devoción en el siglo XVIII hasta ese lugar tan alejado; y fue allí, donde comenzó la búsqueda que lo llevó a encontrar varios grabados que circularon en el siglo XVI y XVII con la misma leyenda. También, muestra imágenes de la misma virgen con sus variantes en la iglesia Belén, en el museo Santiago de la Catedral Metropolitana; en la obra Historia del arte en Guatemala de Ernesto Chinchilla Aguilar, en la iglesia de Santo Domingo y otras que se hallan en San Cristobal de las Casas, Chiapas, México.
Cuenta que esta imagen fue llevada a España por Isabel de Valois, de origen francés, quien era la reina consorte de Felipe II y muy allegada a la Orden de los Mínimos quienes después de conocer ese legado mandaron hacer una copia en escultura que fue vestida como una viuda castellana noble quien de inmediato fue aceptada por la comunidad religiosa. Relata que posteriormente asociaciones del rosario y cofradías la tomaron como patrona por sus grandes milagros, lo cual dio lugar a demandas en tribunales legales y eclesiásticos por parte de esta congregación religiosa que se atribuía los derechos de dicha Virgen.
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Universidad Francisco Marroquín