New Media | 27 de junio de 2013 | Vistas: 722
Marlon Escamilla presenta una hipótesis sobre el movimiento poblacional de los nahua-pipiles de México hacia la Cordillera del Bálsamo ubicada en El Salvador, donde plantea que es consecuencia de un proceso de migración dispersa que ocurrió durante los períodos Epiclásico o Clásico tardío (600-800dC) y Posclásico Temprano (800-1200 d.C.). Refiere que William F. Fowler lo describe como un asentamiento de ubicación y arquitectura estratégicamente defensiva de dicha población para tener el control visual; así como un proceso de apropiación simbólica del paisaje de montaña y costa, asociado a prácticas culturales, con fines de mantener la identidad y memoria de su lugar de origen.
Explica que existen fuentes históricas de cronistas e historiadores los siglos XVI y XVII de dichas migraciones, pero que debido a la falta de investigaciones arqueológicas no se ha podido determinar la ocupación nahua-pipil en Centroamérica; y que a la fecha los mayores aportes vienen de los sitios Cihuatán y Santa María, localizados en la cuenca de El Paraíso, Chalatenango El Salvador, en donde se ha comprobado que la cerámica denominada complejo Guazapa tiene afinidades con la de Tollan-Xicocotitlan, conocida como Tula en México. También, menciona que otro aspecto importante lo constituye la evidencia de la lengua náhuat todavía se habla en los estados mexicanos de Puebla, Veracruz y Tabasco. Finalmente, proporciona datos de otros sitios arqueológicos que se encuentran ubicados en la misma región y que presentan las mismas características.
Marlon Escamilla es coordinador de la Licenciatura en Arqueología de la…
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Universidad Francisco Marroquín